Resumen Tema 9 "Técnicas de motivación: procesos de trabajo y grupos de dificultad" "El arte de los niños"

La expresión artística está destinada a lograr una satisfacción, por el contrario la expresión libre no está enfocada a lograr algo, sino que es la expresión de un sentimiento ó un estado de ánimo, pero no busca conseguir nada.
Es juego en el niño es la forma más evidente de expresión libre en los niños, mediante actividades corporales y procesos mentales. La expresión artística en el niño, está directamente relacionada con la espontaneidad de sus actos, que a su vez están influenciados por la inspiración, creación e invención.
Un niño cuando dibuja a diferentes edades muestra la evolución de sus etapas de desarrollo y maduración.
Las etapas del desarrollo de los dibujos infantiles son: garabato, línea, simbolismo descriptivo, realismo descriptivo, realismo visual, represión y despertar artístico.
Cuando un niño dibuja puede tener intención representacional o también para satisfacer sus propósitos. Es importante destacar la configuración de su “esquema mental”.
En el dibujo infantil se destacan tres términos: la imagen, el signo y la representación. La imagen posee claridad y cuando el niño está madurando pierde su intensidad y es reemplazada por conceptos. Los símbolos representan un enunciado y varían en grado de esoterismo y oscuridad. Y la representación, muestra las asociaciones imaginarias que tiene el niño.
En la relación del “esquema” que forma el niño con su mente, existen tres hipótesis:
1ª Desde el primer trazo hasta la etapa final de realismo visual, representan esfuerzos progresivos.
2ª Incapaz de traducir sus imágenes o representaciones gráficas.
3ª El niño trata de escapar de sus imágenes fotográficas, a un realismo omnipotente.
Los niños ciegos y de visión débil presentan dos tipos de expresión: visual y háptica. La visual parte de su ambiente y sus conceptos evolucionan hacia un todo conceptual y el tipo háptico se ocupa de sus propias sensaciones corporales y del espacio real que lo rodea.
Para clasificar los dibujos hay que adoptar una clasificación estilística de los dibujos y luego ver si corresponde a alguna de las clasificaciones tipológicas existentes.
Encontramos doce categorías: orgánico, lírico, impresionista, patrón rítmico, forma estructural, esquemático, háptico, expresionista, enumerativo, decorativo, romántico y literario.
Las categorías orgánicas, líricas e impresionista poseen en común una base naturalista (respeto al objeto exterior).
El patrón rítmico, la forma estructural y la esquemática tienen un parecido verbal y oponen la estructura del tiempo a la estructura del espacio.
Al final obtenemos ocho categorías: orgánica, empática, patrón rítmico, forma estructural, enumerativa, háptica, decorativa e imaginativa.
La mayor parte de los psicólogos afirma que los niños nacen con una potencialidad.
Desde la niñez hasta la pubertad se establecen y se pueden observar los rasgos psíquicos y de personalidad que van a caracterizarle en el futuro.
El niño refleja en el dibujo su personalidad y existe una correspondencia entre los dibujos de un niño y su constitución psicológica.
El juego confiere al niño equilibrio psíquico y le ayuda a exteriorizar su mundo interior. El modo de jugar de los niños revela parte de su personalidad, también hay que mencionar que la forma de jugar de los niños varía según su edad.

En el dibujo de los niños se observaban sus preferencias y éstas varían según la edad y sexo.
La imaginación de los niños es ilimitada y se puede observar en sus dibujos, al contrario que sus expresiones verbales, pero las suplen inventando nuevas palabras.
Todos estos modos de expresión de los niños tienen como finalidad la comunicación y los educadores deben comunicarse con ellos para comprenderlos y ayudarlos en su desarrollo.